Las enfermedades infecciosas emergentes (EIE)
son una clase de enfermedades infecciosas que surgen en lugares y momentos
específicos y se convierten, o amenazan con convertirse, en nuevas epidemias.
Lo mas común es que los patógenos establecidos en una población durante mucho
tiempo coevolucionen con ésta hasta lograr combinar la capacidad para
mantenerse en el hospedador reduciendo solo marginalmente su viabilidad, así
que las patologías infecciosas mas graves suelen ser el reflejo de un encuentro
reciente. En algún sentido todas las enfermedades infecciosas se han iniciado
en las condiciones que caracterizamos como propias de las emergentes.
Las EIE
son una de las amenazas mas graves para la salud pública. Pueden citarse como
ejemplos los casos del virus de la gripe, cuya cepa aparecida en 1918 causó la
epidemia llamada de la gripe española, con más de 40 millones de muertos, o la
epidemia de SIDA, identificada en 1891 como tal, que ya se ha cobrado unos 25
millones de vidas.
En los
últimos 20 años se han descubierto más de 30 nuevos gérmenes productores de
nuevas enfermedades o síndromes, que tienen especial importancia en los países
del Tercer Mundo. Dentro de este grupo, además del SIDA, destacan por su especial virulencia la fiebre hemorrágica
causada por el virus Ébola;
nuevas formas de cólera; la
enfermedad de los legionarios;
la enfermedad de Lyme; el
síndrome pulmonar por hantavirus, la colitis hemorrágica causada por E. Coli
enterohemorrágica; las encefalopatías
espongiformes, o la variedad H5N1
del virus de la gripe,
que comenzó en las aves de Asia (la gripe aviar), que ha infectado a algunos
centenares de personas y tiene un potencial pandémico, asi como la gripe de
reciente aparición originada den Mexico.
Las
enfermedades reemergentes son
aquellas supuestamente controladas, en descenso o desaparecidas, que vuelven a
constituir una amenaza sanitaria, y que frecuentemente reaparecen en
proporciones epidémicas. Los casos más significativos los encontramos en la tuberculosis (en parte debida a la
asociación con la infección por VIH); el cólera en Sudamérica; la peste
en la India y Perú o el dengue en
la mayoría de los países de Sudamérica. Incluso enfermedades prevenibles por
vacunación (difteria, poliomielitis), están afectando de nuevo en países que
llevaban años sin ellas por problemas de cobertura sanitaria.
La
emergencia o reemergencia ante estas enfermedades está, además, influenciada
por el deterioro de la infraestructura de salud pública, los cambios
demográficos, el crecimiento de la población y su estructura de edades; los
cambios conductuales como la drogadicción o la promiscuidad sexual, flujos
migratorios de personas, etc.
El
informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Estadísticas
Sanitarias Mundiales (mayo, 2008), realizado a partir de 73 indicadores de
salud en los 193 estados miembros, dice que las enfermedades contagiosas, como
el SIDA y la malaria, dejaran de ser, a nivel mundial, la principal causa de
muerte y que pasaran a serlo las enfermedades crónicas y el cáncer. De acuerdo
con el informe, las cuatro principales
causas de muerte en el mundo, para el año 2030, serán la
cardiopatía isquémica (falta de flujo sanguíneo y oxigeno al corazón), paro
cardiaco, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas e infecciones de las
vías respiratorias inferiores (principalmente la pulmonía). Según Colin Mathers,
coordinador de la OMS, el declive en enfermedades infecciosas se debe en gran
parte a una transición epidemiológica y que las tendencias de enfermedades
cambian con el desarrollo económico: enfermedades contagiosas en naciones menos
desarrolladas y enfermedades crónicas no contagiosas en naciones desarrolladas,
cuyas poblaciones tienen mejor nutrición, condiciones de vida y cuidado de
salud. El aumento de enfermedades cardiacas y cáncer se debe al envejecimiento
de la población. Las poblaciones serán más grandes y envejecerán, lo que es
también un reflejo de las tasas más bajas de muerte causada por enfermedades
infecciosas
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