miércoles, 20 de abril de 2016

Salud ambiental

El concepto de salud, ha sido a lo largo de la historia, el fruto del pensamiento y de los criterios empíricos y científicos dominantes en cada momento, predominando en la actualidad la concepción de la salud con criterio subjetivo. Universalmente se ha venido aceptando la definición de Stampar (1945), recogida por la O.M.S. al aprobar la Carta Fundacional el 7 de abril de 1948. Este autor define la salud como el completo bienestar físico, psíquico y social, y no sólo por la ausencia de enfermedad o achaque.
No obstante, y como mencionamos en otra entrada enterior, no es la única definición existente, y la mayor parte de los autores coinciden en señalar la importancia de la situación de equilibrio entre el individuo y el medio, la salud es el continuo y perfecto ajuste del hombre a su medio ambiente, mientras la enfermedad, por el contrario, es el continuo y perfecto desajuste del hombre a su medio ambiente, con lo que se aprecia la existencia de distintas gradaciones desde un extremo positivo de salud hasta el negativo de la enfermedad. Esto permite apreciar que la salud está regida por unos factores determinantes: sociales, culturales, económicos y ambientales, que actúan sobre la zona neutra del continuo, provocando la evolución hacia la salud o hacia la enfermedad, de acuerdo con su mala o buena calidad
El ministro de Sanidad del Canadá, M. Lalonde, analizó, en 1974, la cuestión de los determinantes de la salud y construyó un modelo que ha pasado a ser un clásico en la Salud Pública. Según él, el nivel de salud de una comunidad viene determinado por la interacción de cuatro variables:
1)      La biología humana (genética, envejecimiento).
2)      El medio ambiente (contaminación física, química, biológica, psicosocial y psicocultural).
3)      El estilo de vida individual (conducta de salud)
4)      El sistema de asistencia sanitaria
De todos los factores, los biológicos son los más importantes, con una prevalencia del 27%, cifra que incluso podría quedarse corta, pues conforme se vaya reduciendo la acción de otros determinantes por efecto de las acciones sanitarias, el peso específico de los factores biológicos irá en aumento. No obstante, en este tema, no se tendrán en consideración por no encontrarse recogidos en el epígrafe.
 La importancia del medio ambiente para la salud es innegable y ya se había advertido desde la época hipocrática y galénica. La calidad de vida del hombre depende del medio ambiente en que se desarrolla

La salud ambiental es el área de la ciencia que estudia cómo el medio ambiente afecta a la salud y la enfermedad humanas. En este contexto, medio ambiente se refiere a los componentes del ambiente natural, como agua o aire, y también a todas las características físicas, químicas y sociales de nuestro entorno artificial, sin que en, muchos casos, sea posible establecer una separación nítida entre estos entornos dada la influencia, directa e indirecta, del hombre sobre el medio ambiente, lo que ha quedado de manifiesto en el transcurso de la historia, bien de forma crónica y continuada (enfermedades respiratorias, cáncer, peste, etc.), o de forma aguda, por accidentes como los, Ghernobyl (Ucrania, 1986) o la más reciente nube tóxica que afectó a Langreo en abril de 2007 como consecuencia del incendio en una mina.
La interacción del medio ambiente con el material genético de una persona puede alterar el balance entre salud y enfermedad. Los científicos han aprendido que si bien la genética juega un papel importante, a menudo un factor presente en el medio ambiente desencadena el desarrollo de una enfermedad. Esta interacción entre la genética y el medio ambiente también es afectada por la edad y el género de una persona.
Muchos de los problemas sanitarios actuales siguen teniendo su origen en el medio ambiente: contaminación del aire, radiaciones, ruido, campos eléctricos y magnéticos, aguas sucias, deterioro del paisaje, problemas de alergias, sensibilidad química, etc. La medicina del medio ambiente es la especialidad del cuidado de la salud que se ocupa de las enfermedades y disfunciones que resultan de los factores del medio ambiente. Los especialistas en medicina del medio ambiente participan en una amplia gama de actividades en su búsqueda por respuestas relacionadas en cómo el medio ambiente afecta a nuestra salud. Por ejemplo, en estos momentos, se están estudiando los siguientes:
          El cáncer del seno y del testículo.
          La intoxicación por plomo.
          Los defectos del desarrollo y de nacimiento.
          La contaminación agrícola.
          Los desórdenes neurológicos.
          La esterilidad.
          Los medios para reemplazar a los animales como sujetos de investigación.
Muchas enfermedades infecciosas y crónicas prevalentes en la actualidad, no tendrían las magnitudes que tienen si hubiese un adecuado control del medio ambiente, como son el paludismo, cólera, peste, poliomielitis y otras. Además, el medio ambiente también es responsable de una parte del riesgo en otras enfermedades no infecciosas con alta prevalencia a nivel mundial, como son intoxicaciones por metales pesados, diversos tipos de cáncer… siendo los niños los una población especialmente vulnerable, sobre todo, en el Tercer Mundo. Según un informe de la OMS de 22 de junio de 2004, la contaminación del aire y del agua, y otros peligros medioambientales conexos, matan cada año en todo el mundo más de tres millones de niños menores de cinco años. «Los niños son quienes más sufren los peligros ambientales. Es inaceptable desde todos los puntos de vista que los miembros más vulnerables de la sociedad sean quienes paguen el precio de la incapacidad para proteger a la salud frente a los peligros medioambientales»,
La industrialización, el crecimiento de la población urbana, el cambio climático, la utilización cada vez mayor de productos químicos y la degradación del medio ambiente exponen a los niños a riesgos que hace unas pocas generaciones ni siquiera se podían imaginar. Sin embargo, las amenazas más mortíferas siguen siendo viejos factores básicos bien conocidos: el agua insalubre, la falta de saneamiento, el paludismo y la contaminación del aire en locales cerrados. Algunos de los datos recogidos en el Atlas sobre Salud Infantil y Medio Ambiente, son
       El agua sucia causa diarrea, que mata, según se estima, a 1,8 millones de personas en todo el mundo; de ellos, 1,6 millones son niños menores de cinco años. También es responsable de cólera, disentería, enfermedad del gusano de Guinea, fiebre tifoidea y helmintiasis.
       El 86% de las aguas residuales urbanas de América Latina y el Caribe y el 65% de las de Asia se vierten sin tratar en ríos, lagos y mares.
       El río Ganges, por ejemplo, recibe cada minuto 1,1 millones de litros de aguas residuales sin tratar, cifra particularmente alarmante si se considera que en un gramo de heces de esas aguas puede haber 10 millones de virus, un millón de bacterias, 1000 quistes de parásitos y un centenar de huevos de helmintos. Se contraen por ello enfermedades tales como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea, helmintiasis y tracoma.
Alrededor de un millón de niños mueren cada año por causa de enfermedades provocadas por la contaminación del aire en sus hogares. En más del 75% de las casas de la mayoría de los países de Asia y África se utilizan para cocinar combustibles sólidos tales como madera, estiércol, carbón o restos vegetales, que producen un humo negro que, inhalado, provoca o agrava diversas afecciones respiratorias, como la neumonía u otras infecciones

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